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Una batalla ampliamente ganada
Por Kekena Corvalán

Fiel al espíritu general de la película el lunes 3 de mayo se estrenó de manera libre y gratuita este documental apasionado, político y profundamente estimulante para la reflexión y el debate de ideas.
Un cine Gaumont abarrotado, con gente sentada en los pasillos y sillas agregadas al fondo, donde se podía respirar un clima de entusiasmo y ganas de hacer, repleta de jóvenes estudiantes de periodismo de TEA y realizadores audiovisuales que buscan dar sus primeros pasos, permite pensar que en La guerra por otros medios, una batalla ya se ganó.
Además, en la madrugada del sábado 8 de mayo fue emitido por Canal 7 para todo el país.
Modo más que democrático de hacer llegar un filme a rincones inéditos, lo que es un todo coherente con lo que nos muestra, el modo y la chance de apropiarnos de las grandes usinas comunicativas.

La película
Entre el extrañamiento y la transgresión, lo que este documental nos muestra es la labor en el campo de la comunicación social de 4 organizaciones: la comunidad Aymará en ERBOL (Educación Radiofónica de Bolivia), la labor de los Sirui en Amazonia, la Radio Mapuche de San Martín de los Andes y el trabajo documental de Video nas Aldeias.
Así, se reafirma la idea de que la producción y distribución de imágenes propias es un recurso vital y estratégico para sostener identidades cuando se trata de sectores históricamente desplazados.
Una de las imágenes más fuertes, que permite abrir un debate más que necesario es el de Almir, integrante del grupo Sirui, con una notebook en sus rodillas, sentado en el claro de la floresta, mirando su propia tierra comunitaria a través de Google Earth. El territorio que habitan desde hace siglos les "fue concedido" (???) por el Estado brasileño. A través de las imágenes satelitales ellos pueden controlar lo que pasa con esas 248.000 hectáreas. Si alguna maderera o empresa usurpadora ingresa, lo localizan inmediatamente.
Otro caso que se analiza en Brasil es el de Videos nas Aldeias, integrado por indígenas, que trabaja produciendo imágenes de sí mismos, lo que les permite replantearse el modo de estar y reverse de manera crítica, para dejar de ser perdedores y manipulados. Como dicen sus protagonistas, verse en un video fue fundamental para comenzar a cambiar lo que eran.
El caso de la radio Mapuche está totalmente atravesado por la problemática de la tierra y los recursos naturales, central en el caso de los graves sucesos que suceden día a día en la zona andina, tanto chilena como argentina.
Allí la policía reprime, mata, encarcela y trabaja como gendarme de políticos y personajes que sistemáticamente se apropian de las tierras que estas comunidades habitan desde hace siglos.
Sostener una radio, que además afirma una identidad desde la mera posibilidad de usar su propia lengua, forma parte de una lucha por la afirmación de la existencia en un territorio físico y simbólico.
En el caso de Erbol y el proyecto de cambio profundo que ha emprendido el pueblo boliviano de la mano de Evo Morales, permite reflexionar sobre las condiciones de posibilidad de las democracias latinoamericanas a partir de reconocer la igualdad de todos los pueblos que las transitan, especialmente los pueblos originarios. Es muy interesante ver cómo se producen alrededor de 1000 noticias diarias que representan problemáticas aymarás, quechuas o guaraníes, dando la posibilidad real y concreta a otras voces de construir su propio canal de comunicación e información.

Ley de Medios YA La guerra por otros medios llega en un momento más que oportuno: cuando los movimientos sociales y buena parte de la gente común que no participa de ningún tipo de militancia pide la implementación de la Ley de Medios sancionada por el Congreso argentino. Los medios monopólicos han demostrado su fuerte apuesta por intereses económicos neoliberales. En el genocidio del disenso, los medios son instrumentos estratégicos.
Hoy en día, la tecnología implicada en la comunicación masiva tiene un acceso relativamente sencillo y factible a nivel económico. Por eso se entiende también la resistencia de parte de los grandes medios a ceder su monopolio. Si ya no existe la traba económica, hay que seguir apostando a la traba legal, garantizando por medio de una justicia adicta que la ley no se aplique.
La guerra por otros medios abre nuevas reflexiones sobre el mundo de la videoesfera y sus posibles participantes. Muestra que otros esquemas de comunicación son posibles, por muchos motivos y argumentos, pero básicamente, porque ya lo son.

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